La espera
El otoño cae sobre mí,
las hojas caen sobre mi piel.
Esperando en la larga soledad la vuelta de algo que se fue.
Como eliminar el deseo de un beso,
que creía olvidado.
Mi cuerpo es una marioneta,
que sigue el movimiento de sus hilos
sin más.
Me falta algo y pienso en ello todo el día.
Susurro su nombre al viento para que vuelva,
como una brisa de verano que anuncia el calor,
pero mi cuerpo está desnudo sin él,
como un árbol sin hojas.
Mis pensamientos son un remolino de viento,
que se envuelve entre mis sábanas.
Entonces viene la calma y aparece el frío,
que va naciendo poco a poco desde las palmas de mis pies
recorriendo cada parte de mi cuerpo, como un escalofrío que crece
cada noche.
La derrota me inunda, mientras estoy en un bosque,
donde la luz se oculta, con la caída de la lluvia de hojas,
que se van marchitando.
Estoy tirada en el suelo, como queriendo desaparecer,
siento que soy como aquella flor que espera florecer.
Estoy envuelta de una humedad,
que se convierte en escalofrío, contra más rápido caen las hojas,
más quiero evadirme en un yo, que no desea despertar.
Justo cuando creía que mi corazón había perdido su latir,
renace en un pájaro carpintero, que pega fuerte contra mi pecho.
Entonces abro los ojos,
y su rostro me invade como el reflejo del sol.
Las llamas de mis dedos lo tocan, como si fuera una aparición del pasado.
Mi mente confundida, dice con un hilo de voz:
-¿Eres real?,
él no contesta, solo sonríe.
Entonces sus manos caen sobre mi cuerpo resentido,
y yo me dejo llevar como una novia
en los brazos de un novio,
que espera morir junto ella
cuando las líneas de la vida,
se hayan marcado en sus rostros.
Entonces despierto, y su cuerpo está junto al mío,
y nuestros cuerpos empiezan a resplandecer,
yo siento su calor, y mis brazos le envuelven con fuerza
contra mi cuerpo, como si fuera mi regalo.
Él se despierta, y me mira, y susurra a mi oído lo siguiente:
- feliz día del amor,
lo hace como una suave brisa en mi pelo,
y pienso:
-vuelve a ser primavera,
pero se que pronto desaparecerá para
volver a el otoño, que nunca se va.
Dedicada para alguien que me da cada día aliento para seguir escribiendo.